martes, 28 de diciembre de 2010

"Es de noche y claro"

Es de noche y claro, esa es la razón por la que escribo lo que escribo, lo que te escribo.
Quiero pedirte permiso para soñar con vos, con tus ojos, con tu sonrisa, con tus labios, con tu cuello, con tus hombros, con tu espalda, con tus pechos, con todo tu cuerpo.
Haber estado tan cerca tuyo, fue una sobredosis de placer, cierro los ojos y aun saboreo el gusto de tu saliva, de tu lengua, de tu piel y mi piel en conjuro.
Tu respirar intermitente, tan sutil y tan ensordecedor. Tus manos que vulneran mis más férreas defensas. Tus ojos que absorben los míos y tu boca que calla a la mía.
Esos abrazos que fueron instantáneos, o lo parecieron, me refugiaron del resto del mundo, del reloj. Detuvieron la circulación de mi sangre.
Tus manos jóvenes que corrompían mi razón, que entremezclaban el continuar y el detenerse, que extraviaban mi identidad.
Cierro los ojos para averiguar si es realidad o un dulce sueño, si existís o te imagino.
Mis más oscuros instintos fluyen desde mi interior y con rabia viajan a tu encuentro, para saciar mi prolongada hambruna, que solo fue aliviada por las imágenes de tus palabras, esas palabras que saben tan ásperas como deliciosas.
Es de noche y claro, esa es la razón por la que siento lo que siento.

(Fecha: Vaya a saber que noche a mediados de 2009)

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